lunes, 27 de enero de 2020

Las patas





Entre ella y él había una distancia inmensa, tan gigantesca como el área que divide un polo del otro, ella, ubicada en una orilla de la cama, él en la otra.

Las manos impacientes, pero ellas obedecían al orgullo del corazón y a la sensatez del cerebro; conciliar el sueño se tornaba difícil pues la distancia estaba acompañada de mil pensamientos, unos buenos, otros malos, cada uno de ellos marcaba aún más esa distancia.Sin embargo, en esa distancia y en la parte inferior de  la cama posaban las patas, cuatro en total, unas talla 37, las otras, 39¡, no sé  a ciencia cierta si es que la parte inferior de la cama es más corta, o si las patas no obedecen al corazón y al cerebro,  lo realmente insólito, es que una 39 rozo la 37, en principio un roce, un roce leve, algo así como un dedo tocando la planta, vino una caricia para finalmente lograr que las cuatro patas iniciaran un ritual de profunda calidez; las patas lograron hacer ellos dieran vuelta, que una mano buscara la otra, que la mano de ella se posara en el rostro de él, y la mano de él en su cadera.. Y Así fue como las patas lograron que dos polos rindieran tributo al amor, y en la mañana, un beso fuera el inicio, el compartir un desayuno el más lindo ritual y un abrazo marcara un nuevo comienzo.

¿Quién controla las patas?

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